Baobab

A pesar de su timidez, de su sombra silenciosa y solitaria, el gran contenido en Bes* de esta especie hace que sea imprescindible su aparición en este compendio.

Si hubiésemos cambiado de tercio, seria el árbol-Cantimplora, pero de momento es más apropiado árbol-Botella.
De esta función precisamente procede su nombre: poblaban un planeta no muy lejano unos nómadas gigantescos que bebían el agua almacenada en los baobabs que encontraban a su paso.
Los nómadas sedientos preguntaban esperanzados a otros que se cruzaban en su camino por la localización de árboles-botella y en su lenguaje rudimentario señalaban en la dirección conocida imitando el ruido de los tragos de agua: “Baobb, baobb, baobb” (probad, probad a beber así).

¡Qué mal repartidas están las cosas en general, porque en el país del Principito los baobabs eran malas hierbas y los arrancaban a centenares! Con la sed que te entra cuando no dejas de moverte…

^* Compuesto inorgánico de extraordinarios poderes curativos y atrayentes, que nada tiene que ver con las tres bes que nos gustaría encontrar hoy en día entre las propiedades de los artículos que compramos

Fotografía: www.thejfiles.net/blog/images/baobab2.jpg